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09 abril 2012

1ª PARTE, CAP. 7 de “BARCELONA, 30 AÑOS DE CORRUPCIÓN”, ed. 2006, Consorcio de la Zona Franca, Piqué Advocats Associats, 1975-1984


Rafael del Barco Carreras

 

Barcelona 9-04-2012. Un artículo siempre interesante para mí. Desde el primer momento en que la Prensa a las órdenes y dinero de Javier de la Rosa urdiera la que aun hoy es la “versión oficial”,  no pasa tiempo que descubra alguna faceta del gran puzle que enriqueció a los De la Rosa enviando a tres a prisión.

 

Hoy fotografiando sus mansiones entre 400 y 500 mts. en Barcelona me preguntaba quienes participaron del “encubrimiento” enriqueciéndose. Y a esas mansiones se añadían las de Madrid, y varias a sus amantes… y ya entonces yates, al poco jets, helicóptero… residencias en Londres y Nueva York… y en cuanto a Javier sus declaraciones de renta ¡negativas! sin jamás inspección alguna ni a él ni a las empresas que utilizaba para los desfalcos. ¿Y yo debía conocer la procedencia de ese dinero, propio de un multimillonario?

 

 

 Cap. 7 Fuga de Antonio de la Rosa. Vecinos Javier. Tienda 

Pilar de la Rosa.

pag. 38



PRIMERA PARTE
Consorcio de la Zona Franca
Piqué Advocats Associats
1975-1984

7

La fuga de España de Antonio de la Rosa Vázquez, otro pastiche. Fantasías de Javier en sus habituales cortinas de humo, como sus estancias por el ancho mundo, en Paraguay dirigiendo un banco suyo, en Panamá de jubilado, o su muerte cerca de París. El hijo o los hijos, y sus boceras, difundieron cuanta historia contribuyera a que a nadie se le ocurriera traerlo a Barcelona tirando de la “busca y captura”, que durante veintisiete años no figuró en las listas policiales. Su detención reabriría el caso y demasiados interesados para que eso no ocurriera jamás. Y así fue. 

La versión del maletero en un coche con Piqué Vidal siempre me ha parecido una sandez, o subliminal aviso del funesto abogado. Le tenía cogido por los cojones por el asunto del padre, declaraba a la prensa, (no lo decía así por su refinada educación del Opus). “No puedo buscar otro abogado. Soy su rehén. Él lo sabe todo de mi padre”, confesaba ante la oscura defensa de Piqué en Gran Tibidabo avanzados los noventa. ¿Qué podía superar el desfalco y su escandalosa vida, muy publicada tras la popularidad del hijo?. “Lo sabe todo”. Evidente. El culpable no era el padre sino el hijo, o los dos al unísono, o el padre el primer gran engañado de su larga carrera de estafas. Amenazar por los noventa a Javier con denunciar y detener al padre le enfrentaba a otro proceso, y esta vez Del Barco señalaría con precisión. ¿Porqué no?, Piqué Vidal demostró una parte de sus malas artes chantajeando a placer. En cuanto a la fuga me inclino por la versión Serena. 

En pleno verano del 79 Antonio ordena zarpar al armador Viudes. Celebrarían la botadura. El constructor se sorprendió de su llegada con varias maletas y una hermosa rubia, la francesa. Faltaban por liquidar unos veinte millones y a la altura de Palamós el barco se estropeó oportunamente. A Francia, un despropósito porque ni del rol se disponía. De allí pidió a Serena un BMW 745 y el último Rolls, un Silver Sadom II, y un chófer (Antonio, vivo). Pasaron la frontera sin incidente, ¿porqué no, si no existían actuaciones judiciales, y las policiales tan controladas como el juez de instrucción?. Aunque a Serena, buen vendedor de coches usados, no se le escapaba verdad alguna, comprobé en una visita a París, llamado por Antonio, que los coches estaban aparcados en el garaje de un apartamento. Él, solo. La francesa preparando una casita de su propiedad en la Provenza, me dijo.

Jubilado, y con su amor en Francia. Esa era la versión. Yo debía traspasar una boutique al lado de Charly Max, calle Bori Fontestá Beethowen, propiedad de Esteban Miró, hermano del celebre diseñador, a nombre de una de mis sociedades, a su hija según convenido. En ningún momento confirmó su huida aunque yo la diera por supuesta. Estaba enamoradísimo y desde el crucero por la Costa Brava (yo no vi más a la francesa) la relación se había consolidado. Nadie me confirmo su fantasía amorosa, y de atenerme a quienes le vieron por Barcelona, lo de la huida no pasaba de uno de los embustes difundidos. Lo de su gran amor, otra fantasía, pues por la noche se empeñó en cenar en Regines rodeado de putas. Verano del 79, la última vez en mi vida que supe y hable con Antonio de la Rosa Vázquez. Una mesa con Polanski y Michael Douglas de vecinos, con abundante compañía femenina, y el local dominado por árabes de alto standing. Se empeñaba en mostrarse glamuroso, las putas, hijas de embajadores o ricos industriales, pero mis dudas amargaron la noche y sonreía porque no sería político echar a correr. No se justificaba un viaje a París, pero entre su amor, la jubilación y los rumores, no lo condicioné. Ni existía por el momento entre los dos la tal fuga. Hubo un corto comentario sobre los terrenos de Montornés. El giro total a su vida se definía con claridad. Que obrara según mis intereses, y sobre la sociedad Solares y Patrimonios SA con deudas contraídas, una hipoteca con el Urquijo de 25.000.000 y letras firmadas a Ojínaga Decoración, y otros, se desinteresó con un ya hablaremos. La última vez que lo hicimos. La huida, o cambio total de rumbo en cuanto a mí, se confirmó. La importancia de aquella llamada a París aparece cuando la policía me interroga por nuestro encuentro, según ellos en el Hotel Regines. Los dos actos sociales significativos, y el último, Regines, de rigorosa privacidad, se difundieron como claves de nuestra “intimidad” y asociación. Sin duda Antonio dio cuenta puntual. Silencio sobre la tienda para la hija, ni la policía ni el juzgado preguntaron. Las pautas las marcaban padre e hijo.

A partir de entonces mis encuentros con Serena se distanciaron, nos unía la discoteca Charly Max y los rumores. Poca cosa. Se consolidó lo de la huida, centrándonos ejes en la vida de Antonio, y ampliándose sus calaveradas. Sería 1980 cuando unos periodistas se arremolinaron contra nosotros en el Charly Max con cámaras en mano y preguntas ininteligibles. La noticia salió aumentada con una agresión. Tras Cambio 16 ese fue el primer signo público de algo cocido contra los dos. “Fernando, si nosotros no significamos apenas nada en la vida de Antonio...”, “eso lo dirás tú, yo tengo varios centenares de millones en mis negocios, y me preocupa muchísimo”. Varios centenares de millones no significaban nada. Para Serena, de camionero a vendedor de coches convertido en empresario, la soñada fortuna, toda su vida, el éxito.

Le conocí por los primeros 70, comprándole un mercedes para mi socio José Antonio Casanovas Tomás, en una tienda en la Avenida Madrid, asociado a sus cuñados, los Sánchez Fontanet, Enrique y Luis (de milagro librados de encubrimiento), antes de su expansión en la lujosa Diagonal y Carretera Sarriá delante del Español, y desde entonces le desconté letras en la Caja General de Crédito, Sdad. Coop. Le compraría varios coches usados de buenas marcas con entrega del anterior. Su recuerdo veinticinco años después se revuelve entre tantos claroscuros que prefiero pensar que los hechos nos arrastraron sin control posible por nuestra parte. Aquel año, y tres en prisión, nos hartaron tanto que cerramos todo contacto.

Serena no asumió que el engañado era él, aunque pareciera que le regalaron unos centenares de millones. Mientras, el gran muchacho Javier, ya había comprado por 40 millones de pesetas, hoy 400 millones, donde aún vive el más insolvente de los delincuentes, y gastados otros tantos en decoración, la quinta planta de Doctor Fleming 18 20, frente al Español, y a sus hermanos el padre les había regalado unos preciosos y carísimos apartamentos en la Avenida Pedralbes ante la Diagonal. Sus vecinos Javier de Godó, de La Vanguardia, Antonio Asensio, del Grupo Z, José Manuel Lara, Editorial Planeta, Joseph Lluis Monreal, de Editorial Océano, y con incidencia especial en el Banco, Eduardo Bueno Ferrer, el de “bueno para Cataluña” en la campaña para presidenciable de la Generalitat por el AP de Manuel Fraga, y eje de decenas de miles de millones.


Domicilio de Antonio de la Rosa, padre... similar en Madrid... además un chalet en Castelldefels... 

 

 De Javier de la Rosa en Barcelona... más Cadaqués, Palma de Mallorca... Londres, Nueva York..



.Cinco pisos comprados por Antonio para cada uno de sus hijos...

.


Oficina de Automóbiles Serena habitual de Antonio de la Rosa... 







Similares...








 

Y viene muy a propósito comentar de nuevo el artículo en EL PAÍS;

viernes, 25 de julio de 1997

“El padre de Javier de la Rosa, que se fugó tras una estafa millonaria, vive en Barcelona

Antonio de la Rosa Vázquez, padre de Javier de la Rosa y prófugo de la justicia tras huir de España en agosto de 1980, acusado de estafa en el Consorcio de la Zona Franca (CZF) de Barcelona, no está muerto, contrariamente a lo que aseguró su hijo Javier hace años, sino que vive discretamente en Barcelona. Antonio de la Rosa reside con su hijo Fernando en la misma ciudad en la que cometió la estafa de 1.250 millones por la que se fugó, y sin que pese ahora contra él cargo alguno. La Audiencia de Barcelona consideró definitivamente prescrito su delito a principios de este mes.
·                                 Su hijo aseguró en mayo de 1995 que había fallecido de infarto en París dos años antes
Xavier Horcajo Barcelona 25 JUL 1997
Archivado en:
Antonio de la Rosa, abogado del Estado, ex secretario del Consorcio de la Zona Franca y antiguo capitán franquista de la Legión, confirmó ayer a este periódico su identidad y defendió su derecho a vivir tranquilamente, sin cargo alguno, tras haber sido revocadas las numerosas órdenes de busca y captura que pesaban sobre él desde 1980.Ahora, don Antonio, como se le conocía en la Zona Franca, tiene 80 años, está casi ciego y padece una cojera como consecuencia de un accidente sufrido cuando estaba huido. Durante los años de fuga ha residido primero en París y después en diversos países latinoamericanos.
Contra la decisión inicial de la Audiencia, que dejaba libre al acusado, sorprendentemente no movió un dedo el Consorcio de la Zona Franca. Tan sólo el Ayuntamiento de Barcelona y José Luis Bruna de Quixano, uno de los condenados por el caso, recurrieron, sin éxito, contra ella. Quedaba consolidada la disposición que declaraba "extinguida la responsabilidad criminal en la malversación de caudales públicos".
De la Rosa padre, nacido el 6 de diciembre de 1917, tenía 62 años cuando huyó de España. Fue considerado "responsable único" de la malversación y falsedad que dio pie a la estafa mediante la compra de terrenos inexistentes con fondos de la entidad pública Zona Franca, según quedó probado en el posterior juicio.
El asunto fue destapado por Narcís Serra cuando se convirtió en el primer alcalde democrático de la ciudad de Barcelona. Otros pagaron por aquella estafa, pero él no llegó a sentarse en el banquillo de los acusados. Se dice que huyó escondido en el capó del automóvil de uno de sus abogados.
Antonio de la Rosa se ha aprovechado de la petición de prescripción de su hijo Fernando a los tribunales. Esta iniciativa, que se produjo en febrero de 1997, resultaba chocante por cuanto Javier de la Rosa había asegurado en una tertulia de Onda Cero, el 3 de mayo de 1995, que su padre había muerto hacía dos años y que la noticia no era conocida "ni por sus más estrechos colaboradores".
A los íntimos, Javier de la Rosa les añadió detalles, como que el fallecimiento de su padre se había producido en febrero de 1993, cerca de París, y que un infarto había sido la causa del óbito. Sin embargo, el tono de su intervención radiofónica y la limitada credibilidad de Javier de la Rosa hicieron sospechar a muchos. Tenían razón. Era mentira.

El reflujo del 20-N

El hombre, que llevaba un tren de vida desenfrenado y compraba coches de lujo a señoritas de compañía a costa de las arcas del Estado (20 automóviles de lujo sólo en 1977, entre ellos un Rolls Royce Silver Shadow, ocho Mercedes Benz, seis Alfa Romeo, un Aston Martin y un De Tomasso) se pasea ahora tranquilo por la zona alta de Barcelona.La mitad de su familia le ha vuelto la espalda desde aquel asunto. Entre ellos, su esposa, Pilar Martí, y algunos de sus hijos. Ahora vive cuidado por su hijo Fernando, ingeniero antiguamente vinculado al proyecto Quash-Tierras de Almería, y su nuera Marcela.
En el viejo domicilio conyugal, adjudicado en subasta al CZF, sólo quedaron algunos recuerdos, entre ellos el busto del dictador Francisco Franco que presidía su despacho oficial. Antonio de la Rosa Vázquez dio un giro a su vida a la muerte del anterior jefe de Estado. Un detalle significativo de su ideario antidemocrático es que siempre databa los talones para desviar los fondos públicos el 20 de noviembre, aniversario de la muerte de su héroe.”


Como tantas falsedades, el desfalco al Consorcio ascendía a  mínimo 10.000 millones de pesetas… los hijos gozaban de pisos en Pedralbes. Dos, hija e hijo empleados en el propio Consorcio, uno abogado en el Ayuntamiento, y el pequeño “opositaba” para Exteriores en Madrid… en cuanto a que los talones del Consorcio los firmara Antonio padre con fecha de la muerte de Franco… que yo sepa los talones, y así lo confesaron en el juicio, los firmaban el cajero y tesorero, o los delegados del Estado Santiago Udina Martorell y posteriormente Bruna de Quijano, para la mayoría, fueran o no falsos los beneficiarios o "a la orden de",  ingresarse en el Banco Garriga Nogués, dirigido por Javier.

Si la muerte  de  Antonio fue falsa… sus residencias por el mundo… también…

El País tampoco informa que el Presidente de la Sala que “prescribe” es “inquilino” de Piqué Vidal… es falso que el desfalco lo descubriera Narcís Serra, aunque  como alcalde de Barcelona se aprovechara del tirón mediático… y del banquero, financiero o estafador, Javier de la Rosa...al que sin duda debió denunciar.


En cuanto al ingeniero Fernando, cuando el desfalco jefe del departamento técnico de Consorcio, pasó a otra gran estafa de Javier, Quash-Tierras de Almería ¡50.000 millones de pesetas!

El “empresario modelo” de Jordi Pujol… tan “modelo” como el cargo de confianza al hermano Antonio, sin aparecer por la Generalitat.

Debo agradecer a Xavier Horcajo que no incluyera las falsas “orgías”… y se limitara al “que otros pagaron por aquella estafa”. Una estafa,  parte de una cadena de estafas iniciadas antes de 1975.

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