ACUSADOS, RAFAEL JIMÉNEZ DE PARGA Y ALFREDO SÁENZ ABAD.
Rafael del Barco Carreras
Ayer declararon, Alfredo Sáenz Abad, presidente entonces de BANESTO, y actual consejero-delegado del Banco de Santander, y los directivos José Ángel Merodio y Miguel Ángel Calama. De oyentes, cuatro gatos, y yo. El presidente del Tribunal no admitió la suspensión hasta que el Constitucional decidiera sobre la prescripción de los delitos, y se cumplía la orden del Supremo de depurar todas las responsabilidades por el caso Juan Piqué Vidal y Luis Pascual Estevill. Responsabilidades, que me da el pálpito, quedarán muy mermadas.
Los tres altos ejecutivos, uno por demasiado alto en el organigrama y los otros dos por no ser de su competencia, basaron su declaración y defensa en que apenas si se enteraron por la prensa de que el Juez, sustituyendo a un titular, se inventó unas acusaciones para procesar a unos simples testigos ordenando encarcelar a Pedro Olabarría, los hermanos Moreno y Enrique Marugán… hasta que pagaran.
Pero los hechos no son tan sencillos, ni menos que tampoco supieran las formas utilizadas por sus cobradores de “morosos” (ríanse de los cobradores del frac) los abogados Jiménez de Parga y su juez Luis Pascual Estevill, muy “íntimos” desde que uno me defendiera y el otro acusara en el caso Consorcio, 1980. Pretendían que pagaran unos créditos que se generaron también por 1980 en el Banco Garriga Nogués de Javier de la Rosa, cuando el llamado Grupo Olabarría no tenía nada que ver con el ya entonces quebrado Grupo Harry Walter.
Los banqueros insistían, por un lado que no conocían u ordenaron ellos la querella, y por otro que moralmente debían pagar los encarcelados por el juez. La moral, citada en la declaració de Jiménez de Parga. Sutil contradicción. Ni avalaron ni debían pagar porque los 600 millones de pesetas que les reclamaban provenían de los enredos entre BANESTO y su quebrada filial el Banco Garriga Nogués, y los banqueros lo sabían. Por lo visto los incobrables créditos se renovaban entre quebradas sociedades donde nadie avalaba. Tacharon de falso un justificante de pago del Banesto al Juez. Muy interesantes las magistrales clases sobre banca, mi oficio, de tan altos ejecutivos.
Otra mentira que el Banesto contratara al abogado apenas un año antes por la catastrófica situación del Banco recién intervenido por el Banco de España, dic. 1993, con 130.000 millones de pesetas incobrables en Cataluña y 350.000 en el resto de España. “Riesgos dificultados” decían.
Señalaron al anterior director regional, José María Xercavins, ahora presidente de un “fondo inmobiliario” de la CAIXA. Otra prueba de que los creadores de la Gran Burbuja Inmobiliaria son los mismos o parecidos a los de la Gran Corrupción. Pero y además Merodio, que se confesó ex amigo personal de Olabarría, provenía de Banca Catalana donde Piqué Vidal, abogado de Pujol y socio de Pascual Estevill, dejó su huella. La frase atribuida, y negada por los acusados, “!veremos si no pagan!”, muy plausible. Los varios encarcelados por Pascual Estevill a quienes conocí en 1993 en La Modelo eran un buen anuncio para siguientes reclamados de pago.
Mañana la declaración de los acusadores denunciantes, que como otras de las víctimas, entre ellas yo, no perdonarán en su vida el paso por La Modelo. Ver en www.lagrancorrupcion.blogspot.com el escrito de Pilar Rahola, vicealcaldesa entonces, “Lo sabía toda Barcelona”, y varias publicaciones con referencias más que suficientes.
LIBRO CITADO EN LOS INTERROGATORIOS.
¡¡¡HACE 50 AÑOS!!!
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Rafael del Barco Carreras
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Hace 6 meses
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